martes, 4 de septiembre de 2018

Viento solar



¡Buenas noticias desde el Paraíso! Una voz angelical despertó del silencio a muchos de los que en aquella sala miraban a través de los enormes ventanales del transportador espacial. A lo lejos una bola brillante, casi perfecta, hacía presagiar que el final del viaje estaba próximo.
¡Señoras, buenas noticias desde el Paraíso! -repitió la voz femenina, mientras que aromas de lavanda llenaron el espacio virtual. ¡Nos informan que el viento solar ha amainado y que el aterrizaje será placentero y sensual! ¡Por favor, abróchense sus cinturones y sueñen! - continuó la voz.
¡Aquello no podía ser más que una patraña propagandística, peor que el futbol del siglo XXI –pensó. ¡Aterrizaje en un mundo que no era la Tierra! ¡Abrocharse un cinturón que no era tal! ¡Sensual y placentero cuando te dolían hasta las cuerdas vocales al desacelerar desde el espacio! Se había gastado más del sueldo de dos años solares para poder hablar en superagudo, lejos del control de los hombres, y ahora temía que se estropearan al acercarse a un mundo extraño que prometían era el Paraíso.
¡Señoras! ¡Señoras!, -repitió aquella voz que engañaba melodiosa. ¡Buenas noticias desde el Paraíso! De pronto las alarmas sonaros estridentes tapando la voz de aquella ilusión como con una gran mordaza. ¡Hombre a bordo! ¡Hombre a bordo! - repitió la alarma.
Sonaba el despertador, cuando un beso y una caricia despertaron sus ansias mientras los grandes ventanales del transportador espacial se hacían añicos por el viento solar que arreciaba.

Madrid, 14 de mayo de 2018. Viajando hacia La Mancha

1 comentario:

  1. Un buen texto donde se mezcla la realidad con lo onírico.
    Enhorabuena por esa incursión en el humor.
    Besos.

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